Animales considerados “peligrosos” como cocodrilos, serpientes, mapaches, entre otros, que de manera inesperada aparecen en áreas urbanas de Progreso son trasladados a la llamada “zona cero” para salvaguardar tanto a estos animales como a los residentes.

La Dirección de Policía Ecológica tiene entre sus responsabilidades responder a los llamados de auxilio de los ciudadanos cuando se enfrentan a la presencia de algún animal que pueda representar un riesgo para su seguridad o que se encuentre en peligro debido a lesiones u otras circunstancias complicadas.

Con cierta frecuencia, los agentes de esta institución atienden este tipo de situaciones, capturando a los animales y llevándolos a la “zona cero”, un área alejada de la zona habitada que, según explicó Obdulio Mena Sánchez, jefe de la corporación, anteriormente fue un vertedero de basura, pero que ha sido recuperado y ahora sirve como un espacio de conservación para especies animales y vegetales.

La “zona cero” se encuentra entre la carretera que conecta Progreso con Chicxulub, a unos pocos kilómetros de El Corchito. Para llegar hasta allí, hay un camino de terracería que se adentra en el mangle y luego en el monte, terminando en Chicxulub Pueblo.

Una vez en la “zona cero”, los policías ecológicos liberan a los animales, prohibiendo expresamente la caza y la pesca en este espacio. Este lugar suele ser visitado por personas interesadas en la observación de aves y la fotografía de la naturaleza, entre otras actividades. Sin embargo, se realizan controles para asegurar que no se realicen actividades de caza o pesca, ya que todas las especies que habitan en los humedales están protegidas por ley al ser considerados parques nacionales.

El sitio ha sido utilizado para la liberación de animales desde los inicios de la Policía Ecológica, y se limpia regularmente, como lo demuestra una reciente jornada de limpieza realizada con el apoyo de otras dependencias.

En cuanto a las especies liberadas en la “zona cero”, se trata de una variedad que incluye mapaches, zarigüeyas, serpientes y cocodrilos, con un promedio de entre 80 y 100 liberaciones al mes. Se ha observado un aumento en el número de casos de serpientes que ingresan a las casas durante la temporada de lluvias, ya que buscan refugio en lugares más elevados debido a la inundación de sus madrigueras.

Se aconseja a los habitantes que encuentren animales de este tipo en sus hogares que eviten manipularlos, ya que podrían resultar heridos. En caso de encontrar serpientes, se recomienda especialmente no intentar capturarlas, ya que, aunque las boas no son venenosas, pueden morder y causar lesiones, además de transmitir infecciones a través de su saliva.

En lugar de intentar matar a estos animales, se insta a los residentes a solicitar ayuda a la Policía Ecológica para su rescate y posterior liberación en la “zona cero”, lo cual pueden hacer a través de reportes en la página de Facebook de la institución o llamando al número 969-103-6286.